Estimados amigos y amigas
Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Admito desde el comienzo que este es un boletín difícil de leer. Es sobre la deuda. Hay una frialdad en la forma en que hablamos de la deuda de las naciones más pobres. Aquí no hay nada poético. Las cifras son alienantes, sus resultados son choqueantes.
A mediados de abril, dieciocho jefxs de gobierno de África y Europa instaron públicamente al Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Africano de Desarrollo y al Nuevo Banco de Desarrollo, así como a otras instituciones regionales, a anunciar “una moratoria inmediata en todos los pagos bilaterales y multilaterales de la deuda, tanto pública como privada, hasta que haya pasado la pandemia”. Mientras tanto, se pidió a estos organismos —y a otros más— que “proporcionen liquidez para la adquisición de bienes básicos e insumos médicos esenciales”.
El 30 de abril, Abiy Ahmed, primer ministro de Etiopía, señaló que el llamado a posponer la deuda es insuficiente, que lo que se necesita es la cancelación de la deuda. Resulta impresionante observar que en 2019 sesenta y cuatro países de todo el mundo (la mitad de ellos del continente africano) gastaron más dinero en la deuda externa que en el sistema sanitario. Los gobiernos de 121 de países de bajos y medianos ingresos gastaron el 10,7% de sus recaudaciones en salud pública, mientras desembolsaban el 12,1% en pagos de deuda externa. Etiopía, escribió Ahmed, “gasta el doble en pagar la deuda externa que en salud”. El año pasado, el FMI dijo que Etiopía era una de las cinco economía de mayor crecimiento en el mundo, pero ese ya no va a ser el caso, debido al impacto de la pandemia. Etiopía descenderá a una recesión por el coronavirus, dijo Ahmed.
A fines de marzo, el FMI anunció que proveería 1 billón de dólares en préstamos a países para prevenir que caigan en una recesión producto de la pandemia (bajo la presión del Tesoro de EE. UU., el FMI excluyó a Venezuela). Dentro de un corto periodo de tiempo, más de cien países recurrieron al FMI para solicitar ayuda. El FMI y el G20 cancelaron el pago de deudas por los próximos seis meses o lo congelaron por lo que queda del año. El G20 dijo que 32.000 millones de dólares en servicios de la deuda con acreedores oficiales, privados y multilaterales se suspenderían en 76 países. En comparación, el saldo de deuda actual de los países en desarrollo es superior a los 3 billones de dólares. La ausencia de una autoridad internacional en materia de deuda significa que estas iniciativas son insuficientes. Los acreedores privados no están obligados a seguir adelante con estas iniciativas, lo que implica que muchos de los países más endeudados tendrán que seguir pagando el servicio de su deuda con ellos. Hay una discusión sobre la creación de un “servicio central de crédito” dentro del Banco Mundial, en el que los países endeudados podría depositar su deuda y dejar que el Banco Mundial se ocupe de los acreedores. Después que el coronavirus se contenga, la situación de la deuda será reevaluada.
Mucho más ambiciosa es la propuesta de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que consiste en establecer una Autoridad Internacional de la Deuda de Países en Desarrollo. Este organismo tendría un mandato doble: primero, supervisar cualquier paralización temporal en el pago de la deuda para evitar situaciones como la recesión por el coronavirus; segundo, examinar cuidadosamente la necesidad de un alivio esencial de la deuda (incluyendo la cancelación de la deuda). La UNCTAD ha hecho propuestas similares en 1986, 1998, 2001 y 2015; cada vez los acreedores poderosos y las naciones más ricas han rechazado este enfoque. En 1985, el gobierno cubano fue anfitrión de la Conferencia de la Deuda en La Habana, donde Fidel Castro hizo un llamado a una huelga de la deuda del Tercer Mundo para presionar a los acreedores a sentarse a la mesa. Pero una enorme presión sobre los países menos confiados desvió ese enfoque. Ni la UNCTAD ni la Conferencia de la Deuda en La Habana lograron movilizar esa agenda. Ahora vuelve a la mesa.
El 16 de abril, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, dijo abiertamente que EE. UU. está en contra de cualquiera de estas medidas más agresivas. Lo máximo que podrían aceptar es “la suspensión temporal de los pagos del servicio de la deuda” en el G20 y el Club de Paris (acreedores oficiales), mientras al Club de Londres (acreedores privados) se le pediría que actúen de forma voluntaria. Estados Unidos no solo golpeó la mesa para evitar cualquier medida real de alivio inmediato, sino que dijo que no permitirán ninguna cancelación de la deuda a largo plazo. Si hay una recesión producto del coronavirus en los países del Sur global, que así sea.
Uno de los países que caerá en una recesión por la pandemia es Jamaica, donde el ministro de Finanzas y Servicio Público, Nigel Clarke, dijo que “el sector del turismo está operando a un cero por ciento y las perspectivas y los tiempos para reabrir siguen siendo inciertos”. En noviembre de 2019, Jamaica completó sus obligaciones por un préstamo del FMI. La directora del equipo del FMI, Uma Ramakrishnan, dijo que Jamaica tenía un gran futuro. Pero esas palabras amistosas llegaron al final de un proceso terrible de austeridad en la isla.
Christophe Simpson, líder de Jamaica Lands, habló con el Instituto Tricontinental de Investigación Social sobre la situación de la deuda y del sistema sanitario en Jamaica. Simpson enfatiza que, en Jamaica, el 90% de la población desciende de personas que fueron esclavizadas, cuyo trabajo robaban los británicos. Cuando el pueblo ganó su libertad, el erario público británico compensó a los dueños de las plantaciones por la “pérdida” de su “propiedad”. El préstamo que el gobierno británico tomó para pagar a los dueños de las plantaciones no fue saldado hasta 2015, cuando el primer ministro británico, David Cameron, fue a Jamaica a decir que las reparaciones para el pueblo que fue esclavizado y sus descendientes estaban fuera de discusión. El colonialismo dejó a Jamaica dependiente del turismo y con poca soberanía económica.
“Estamos en un ciclo sin fin de deuda”, dijo Simpson. “Las instituciones internacionales como el FMI establecen condiciones por el dinero que prestan, como que no podemos gastar más del 9% del PIB en salarios del sector público”. Los servicios sanitarios y educacionales sufrieron recortes, lo que significa que lxs enfermerxs y profesorxs reciben salarios muy bajos. “Lxs enfermerxs y profesorxs son atraídxs fuera de Jamaica por las promesas de mejores sueldos en países como Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña”. “Se benefician de que estemos endeudados”, explicó Simpson. El pueblo de Jamaica provee educación primaria y secundaria gratuita y la mitad de los costos de la educación superior, pero el 80% de lxs graduadxs de la educación superior se va a trabajar fuera de la isla. Jamaica, a la que se ha robado por siglos, ahora subsidia los sectores de atención sanitaria en los países del Atlántico norte.
Elean Thomas (1947-2004), fundadora del Partido de los Trabajadores de Jamaica, en su libro de 1988 Antes de que puedan hablar de flores: Ritmos de palabras (traducción libre) pensó cuán a menudo le habían pedido que no interfiera en política, o en politricks, como dice ella en una inteligente variación jamaiquina (juego de palabras entre politics y tricks, que significa trucos). Ni el hambre ni la falta de salud tienen que ver con otra cosa más que con la política, ya que es a través de decisiones políticas que se roban los recursos del pueblo que luego sufre por la pobreza y las condiciones indignas de vida.
¿Cómo es que no me meto en política?
Cuando politricks se meten conmigoVeamos por ejemplo…
el gran libro dice
“Ganarás el pan
con el sudor de tu frente”¿Pero no sabes
del montón de personas
un río de sudor
cada día
que aún no encuentran pan
para comer?Politricks
es lo que decide eso
Nuestro dossier nº 28 (mayo de 2020) del Instituto Tricontinental de Investigación Social, “Coronashock: un virus y el mundo”, trata sobre las políticas —o politricks— del momento. El virus de la austeridad y de los servicios de deuda impuestos produjo un orden mundial frágil en todos los rincones, que se ha resquebrajado producto de la pandemia global. El dossier recorre el marco político del neoliberalismo, que ha erosionado las instituciones sociales básicas para proveer atención sanitaria y educación, creando un mundo en el que mandan las finanzas improductivas y en el que las grandes empresas del capitalismo de plataformas se han apoderado de buena parte de la economía.
Junto con la Asamblea Internacional de los Pueblos, el Instituto Tricontinental ha producido una declaración de 16 puntos que incluye medidas de alivio inmediato y de largo plazo. En nuestro dossier más reciente, examinamos detenidamente una de esas políticas: el llamado a una Renta Básica Universal (RBU). Desarrollamos nuestra mirada crítica respecto al programa de RBU, ofreciendo una evaluación de por qué debe ser un programa completamente universal y por qué debe estar financiado por impuestos a los ricos y a las ganancias, no en el desmantelamiento de otros programas de servicios sociales. Tomamos un enfoque socialista de la RBU, insistiendo en que debe ser un complemento de otros ingresos sociales en lugar de perpetuar el mito de los “pobres merecedores” que determina quién califica para la ayuda y quién no.
El dossier nº 28 está ilustrado por ocho artistas de Cuba a Malasia, que se reunieron para crear imágenes que muestren el Gran Confinamiento. Este boletín incorpora parte de su trabajo.
La colaboración con artistas es una parte central de nuestro trabajo. Por esa razón, nos hemos unido a la Asamblea Internacional de los Pueblos en una Jornada Internacional de Lucha Anti-imperialista para realizar una exhibición de afiches sobre cuatro conceptos: capitalismo, neoliberalismo, guerra híbrida, e imperialismo. Por favor compartan abiertamente el llamado a artistas para la exhibición.
Tres fotógrafos —Dar Yasin, Mukhtar Khan, y Channi Anand— ganaron un Premio Pulitzer por sus fotografías sobre las luchas dentro de Cachemira. Pueden leer nuestra Alerta roja sobre Cachemira acá.
Cordialmente, Vijay.