Zehra Dogan, The Mourners.
Estimadxs amigos y amigas,
Saludos desde el Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Turquía ha invadido Siria. Específicamente, Turquía ha cruzado la frontera para destruir la provincia kurda siria de Rojava, al sur de la frontera entre Turquía y Siria y al este del río Éufrates. La luz verde para la invasión vino de Washington, DC, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, le dijo al presidente turco Recep Tayyip Erdogan que EE.UU. retiraría sus tropas de la zona. La población kurda de Siria —no más de dos millones de personas— tomó control de sus propias tierras, construyó una sociedad creativa en la zona, y luchó por ella contra varios grupos yihadistas, el último de los cuales fue el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS, por su sigla en inglés). Para expulsar a ISIS de la zona, lxs kurdxs sirixs crearon las Fuerzas de Defensa Sirias (SDF), que recibieron protección aérea de EE.UU. en una guerra muy sangrienta. Ahora, EE.UU. ha decidido —siendo fiel a su carácter— traicionar el sacrificio de las SDF.
Turquía —y Estados Unidos— cree que las formaciones políticas y militares de lxs kurdxs en Rojava son realmente grupos del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), al que Turquía y EE.UU. han declarado como grupo terrorista. El ejercito turco encontrará resistencia, pero evidentemente provocará sufrimiento. Ilham Ehmed, el copresidente del Consejo Democrático Sirio, advierte que Turquía no solo destruirá el proyecto de Rojava, sino que también ha amenazado con realizar una transferencia de población instalando a parte de los tres millones de refugiadxs sirixs que están ahora en Turquía. Estxs refugiadxs no son de esta región, sino del borde occidental de Siria. Esta transferencia de población produciría una limpieza étnica (una violación del Artículo 49 de la Cuarta Convención de Ginebra, 1949).
Lxs kurdxs han luchado largamente tanto por una relación diferente con los estados en los que viven (Irak, Irán, Siria y Turquía), como por su propia tierra. Su lucha ha estimulado una enorme creatividad, incluyendo nuevas formas de vida social y ciertamente poderosas producciones culturales. Entre esa diversidad de trabajadorxs culturales está el poeta Sherko Bekas (1940-2013), de cuyo diwan [colección de poemas] proviene un poema maravilloso que da el título a este boletín:
Si de mis poemas
arrancas la flor
de las cuatro estaciones de mi poesía
una de mis estaciones morirá.
Si excluyes el amor
dos de mis estaciones morirán.
Si excluyes el pan
tres de mis estaciones morirán.
Y si quitas la libertad
Las cuatro estaciones y yo moriremos.
Todavía no hay una idea del impacto que tendrá la invasión turca. ¿Qué significará esto para el gobierno sirio, o incluso para los militares de Irán, Irak y Siria? ¿La invasión del ejército turco a Siria abrirá una guerra regional nueva y más amplia? El resultado, en cualquier caso, será terrible.
Las Naciones Unidas han hecho una evaluación correcta de la situación. El coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU para Siria, Panos Moumtzis, dijo “No sabemos lo que pasará. Nos estamos preparando para lo peor”. También debiéramos nosotros.
Oswaldo Guayasamin, Los Mutilados, 1976
Ecuador se ha sumergido en una crisis. El gobierno avanzó en su negociación con el FMI para cortar subsidios y profundizar sus políticas de austeridad. Los precios de los combustibles se dispararon. Enormes masas salieron a las calles el 3 de octubre. Las fuerzas estatales actuaron violentamente, usando gas lacrimógeno y arrestando a cientos de personas. El presidente Lenin Moreno declaró estado de emergencia por sesenta días.
El año pasado, Moreno nombró a Richard Martínez —expresidente del Comité de Negocios de Ecuador— como su ministro de Finanzas. En junio de 2018, Martínez escribió una nueva política económica para Ecuador con su pluma neoliberal. El menú abarcaba desde políticas para suavizar las leyes tributarias, incluyendo intentos menos agresivos de cerrar lagunas fiscales y el uso de paraísos fiscales, hasta reducir drásticamente los empleos estatales, especialmente en los ámbitos de la regulación y supervisión contra los negocios. El gobierno y el FMI cerraron un acuerdo de 10.000 millones de dólares. Moreno, Martínez y el FMI ahora ven que el pueblo ecuatoriano no va a aceptar tan fácilmente la reestructuración total de sus sociedades para complacer al FMI, las agencias de calificación (rating), los bancos y la oligarquía ecuatoriana.
Para obtener un pésimo acuerdo con el FMI, Moreno aceptó todas las demandas del gobierno estadounidense. El año pasado, el ministro de Comercio Exterior de Ecuador, Pablo Campana, dijo que quiere “arreglar las cosas” con el FMI, y que su gobierno estaba “ansioso por resolver una larga disputa con Chevron”. Chevron es la empresa cuyas perforaciones y cañerías de petróleo han contaminado el país a tal punto que parte del territorio es conocido como el Chernobyl amazónico. Están en juego decenas de miles de millones de dólares por concepto de restitución. Moreno quiere perdonar a Chevron para estrechar lazos con Estados Unidos.
Para complacer a Estados Unidos, el gobierno de Moreno expulsó por la fuerza e illegalmente a Julian Assange de la embajada de Ecuador en Londres y arrestó a Ola Bini, a quien continúan persiguiendo.
La popularidad de Moreno se ha desplomado. Estudiantes, organizaciones indígenas y otras personas permanecen en las calles; el ruido del descontento amenaza la presidencia de Moreno. “Abajo el gobierno”, dicen lxs manifestantes. Las personas en la calle hacen eco de los cantos que han resonado en Haití y Perú. Es imposible predecir la dirección de la lucha de clases.
Nela Martínez, 1912-2004
Mientras el pueblo se abalanza sobre las calles de las ciudades de Ecuador, este torrente de energía nos recuerda la vida de la comunista y feminista ecuatoriana Nela Martínez. Siendo una mujer joven, Nela se unió al Partido Comunista, a cuya dirigencia ascendió rápidamente. En la gloriosa revolución de mayo de 1944, estuvo en las calles para derrocar al dictador y luego se convirtió en la cabeza del gobierno por dos días. El año siguiente, se convirtió en congresista. Nela no solo fue una líder del Partido Comunista, también fue la fundadora de la Alianza Femenina Ecuatoriana, de la Unión Revolucionaria de Mujeres del Ecuador, y —junto con Dolores Cacuango— de la Federación Ecuatoriana de Indios. En esta última, Nela y Cacuango crearon la primera escuela indígena que enseñaba sus clases en quechua. Nela fue también novelista y periodista. Murió en La Habana (Cuba).
Si estuviera viva, se hubiera unido a las protestas.
Sainath lanza el dossier en The Commune, Johannesburgo, Sudáfrica, 7 de octubre de 2019
El martes, en Johannesburgo (Sudáfrica), organizamos un evento en el que lanzamos varias publicaciones, incluyendo el Dossier Nº 21: El ataque neoliberal a la India rural. Dos relatos de P. Sainath.
Durante las últimas décadas, la India rural ha estado sumida en una grave crisis agraria: la comercialización de la agricultura, la dominación de la agricultura por empresas multinacionales, pequeñxs agricultorxs y trabajadorxs agrícolas enormemente endeudadxs, una epidemia de suicidios entre ellxs, altas tasas de desnutrición, crisis en cascada entre artesanxs, minerxs y todxs lxs trabajadorxs rurales que sostienen la agricultura. Desde 1995, más de 300.000 agricultorxs han cometido suicidio y más de 15 millones han abandonado sus campos.
P. Sainath, investigador senior del Instituto Tricontinental de Investigación Social, ha pasado varias décadas en el campo escuchando a las personas, escribiendo sus historias y educando a generaciones de indixs sobre quienes viven en las zonas rurales del país. Su libro —Everybody Loves a Good Drought (1996) [A todos nos gusta una buena sequía, traducción libre]— le valió el premio Ramon Magsaysay en 2007. Unos años después, Sainath fundó el Archivo Popular de la India Rural, también conocido como PARI. Aquí, Sainath y un equipo fantástico de periodistas han estado haciendo reportajes sobre los 833 millones de personas de la India rural que hablan más de 700 idiomas. Es un proyecto notable.
En este dossier, Sainath nos lleva a Andhra Pradesh, donde campesinxs cultivan para empresas de semillas en las condiciones más adversas. Pero Sainath no documenta solo el lado feo de la historia, sino que también está interesado en detectar las iniciativas que dan vida a un futuro para el planeta. Esa vida proviene de Kudumbashree, una cooperativa de mujeres en Kerala, cuyo éxito y eficiencia significa que —a diferencia del resto del país— los bancos buscan a las agricultoras y no al revés. Por favor lean este dossier y compártanlo.
Cordialmente, Vijay.