Konstantin Yuon, New Planet (Planeta nuevo), 1921.

Estimados amigos y amigas,

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.

“Los científicos están equivocados”, dijo el escritor uruguayo Eduardo Galeano con una sonrisa cálida. “Los seres humanos no están hechos de átomos, sino de historias”. Por eso es que queremos cantar y dibujar, contarnos sobre nuestras vidas y esperanzas, hablar sobre las maravillas de la vida y de lo que soñamos. Estos sueños —este arte— son lo que nos hace levantarnos cada día, sonreír y salir al mundo. Es muy común que los seres humanos, incluso en las situaciones más miserables, encuentren una manera de levantar el espíritu a través de sus propias formas artísticas, como se puede ver claramente en las tradiciones Jongo de Brasil y en las canciones ovi de lxs trabajadorxs agrícolas en India, cuyxs cantantes dejan de lado el trabajo arduo en los campos y las fábricas con canciones sobre sus vidas y la naturaleza, sobre el verano caluroso, canciones de las mujeres mayores para molestar a las jóvenes que no pueden tolerar el calor:

 

 

Seven Songs of Summer (Siete canciones de verano), Kolavade Village, Maharashtra, India, 2017.

Estas canciones son historias sobre la vida cotidiana.

Y entonces vienen las turbulencias.

Si caminas por las calles de Santiago (Chile), Bagdad (Irak) o Delhi (India), verás que los muros y las calles se han transformado en una galería de arte, que los sitios de las protestas se han convertido en salones musicales, que han aparecido bibliotecas en las calles, que las manos de la gente sostienen panfletos y volantes mientras enfrentan el torbellino. Observarás que el lenguaje desborda los márgenes estrictos, que se acuñan nuevas frases, que se descartan los límites de la gramática y la métrica. Si te sientas por un minuto en Shaheen Bagh en Delhi, la luminosidad de la nueva cultura te agarrará y conmoverá, y te hará reconsiderar el estrés y las dificultades de tu vida. Recitarás poemas, los gritarás, pero no solx, esa es la grandiosidad de la protesta, cantarás en un coro de extrañxs que se convierten en compañerxs, aunque las notas sean disonantes y las letras desconocidas. Algunas canciones serán antiguas, como el himno a Vietnam de Víctor Jara de 1971, El derecho de vivir en paz; otras serán canciones nuevas, cantos que se transforman en canciones. Recibirás a lxs poetas, que subirán tímidamente al escenario con sus libretas en la mano y sus poderosas palabras retumbando a través de los parlantes instalados con rapidez. Estxs poetas probarán su trabajo en público, que será retomado por realizadorxs audiovisuales para transformarlos en los nuevos videos virales de las redes sociales.

 

Aamir Aziz, Sab Yaad Rakha Jayega, 2019.

No lejos de donde Aamir Aiziz ideó este poema está Shaheen Bagh, uno de los epicentros del levantamiento indio. Aquí, artistas jóvenes pintaron un mural de las mujeres que han sido las centinelas de estas protestas, se las ve alegres y libres, llevando una foto del Dr. B. R. Ambedkar —quien proviene de una comunidad oprimida y escribió la Constitución de 1950 de India— junto a una frase del poeta comunista paquistaní Faiz Ahmed Faiz: “Ya veremos. Ciertamente, nosotrxs también veremos”.

 

 

Everything Will Be Remembered (Todo será recordado), de Aamir Aziz, proviene de las protestas interminables en India contra la ley de ciudadanía y contra un gobierno insensible a lo que piden las calles.

 

Mátennos, nos transformaremos en fantasmas y escribiremos
sobre sus asesinatos, con todas las pruebas.
Ustedes escriben chistes en los tribunales;
nosotros escribiremos “justicia” en los muros.
Hablaremos tan fuerte que hasta lxs sordxs oirán.
Escribiremos tan claro que hasta lxs ciegxs leerán.
Ustedes escriben “loto negro”;
nosotros escribimos “rosa roja”.
Ustedes escriben “injusticia” en la tierra;
nosotros escribiremos “revolución” en el cielo.
Todo será recordado;
todo será registrado
Así que puede que les envíen maldiciones;
para que sus caras sean difamadas;
sus nombres y sus caras serán recordados;
todo será recordado;
todo será registrado.

 

T. M. Krishna, Hum Dekhenge, 2020.

 

El excelente cantante T. M. Krishna fue a las protestas a cantar esta canción en cuatro lenguas indias diferentes: la original urdu, y luego en kannada, malayalam y tamil.

Esta erupción del espíritu humano está sucediendo en tiempos de revuelta, cuando se dejan de lado los grilletes del decoro.

Esta explosión de expresividad y emociones es mucho más espectacular justo después de una revolución, cuando el viejo orden es derrotado y el nuevo lucha por nacer. Es difícil captar la inmensidad del sentimiento en la nueva República Soviética cuando se pasaba de 1917 a 1918, mientras poetas, actores y actrices, escritorxs y pintorxs, diseñadorxs y filósosfxs se libraban de los viejos clichés e intentaban producir —a partir de la mugre de los tiempos— una nueva sensibilidad en el mundo. Era como las nubes se disiparan y saliera el sol brillando, como si los hombros que habían caído en la depresión de la guerra y el trabajo fabril ahora se pudieran levantar. La República Soviética, en diciembre de 1917, aprobó un decreto sobre educación popular para terminar con el analfabetismo y la ignorancia en el país. La educación era gratuita y obligatoria, decía el decreto. El punto no era simplemente aprender a leer y escribir, era hacer arte. Por ejemplo, cada escuela y universidad desarrolló un club de fotografía y uno de pintura. Lxs estudiantes iban a ver el gran arte del pasado en los museos y el trabajo de lxs artistas soviéticxs en las galerías. Vladimir Tatlin, pintor y escenógrafo, desestimó todo el debate que separaba el arte de la política: “¿aceptar o no la Revolución de octubre? No había tal pregunta para mí. Yo me integré orgánicamente en la vida activa, creativa, social y pedagógica”.

 

Varvara Stepanova, Five Figures on a White Background, 1920

Varvara Stepanova, Five Figures on a White Background (Cinco figuras en un fondo blanco), 1920.

 

Entre el 28 de enero y el 2 de febrero de 2020, nuestro equipo del Instituto Tricontinental de Investigación Social y la Asamblea Internacional de los Pueblos sostuvieron una reunión sobre arte y cultura en las luchas populares en Cuernavaca, México. Fueron treinta y dos personas de quince países, la mayoría artistas militantes que discutieron una serie de temas, desde cuestiones generales sobre arte y política hasta enfocarse en asuntos como el teatro callejero en India y las artes gráficas desde la Revolución cubana.

Esta reunión se basó tanto en la tradición del arte de liberación nacional como en la urgencia de hacer arte a partir de las luchas populares que se desarrollan ahora en el mundo. Cuernavaca está en Morelos, la tierra que produjo a Emiliano Zapata, quien dirigió la Revolución mexicana de 1911 y luego —habiendo ganado Ciudad de México— volvió a su vida rural. Es la tierra de las antiguas pirámides de Tepoztlán, la tierra de lo que alguna vez fue un centro cultural vibrante que recibió a exiliadxs latinoamericanxs y a artistas mexicanxs, como el muralista comunista David Alfaro Siqueiros (1896-1974). Su energía se manifestó entre quienes asistieron a la reunión en el deseo de construir una red internacional de artistas y diseñadorxs. Para saber más sobre esta red, por favor pónganse en contacto con nuestra diseñadora principal, Tings Chak, en tings@thetricontinental.org.

 

David Alfaro Siqueiros, Del Porfirismo a la Revolución (1957-1966).

David Alfaro Siqueiros, Del Porfirismo a la Revolución (1957-1966).

 

El 21 de febrero, miles de personas en todo el mundo se reunirán en lugares públicos por el Red Books Day (Día de los libros rojos), que surgió a partir de tres urgencias:

  1. Hacer frente al ataque a escritorxs, editorxs y libererxs de izquierda.
  2. Defender la perspectiva marxista contra el oscurantismo y la irracionalidad.
  3. Construir una red de editorxs de izquierda en todo el mundo.

En estos encuentros, desde Japón hasta Chile, la gente leerá el Manifiesto Comunista en sus propios idiomas. Fue el 21 de febrero de 1848 que Marx y Engels publicaron por primera vez este notable texto, ahora disponibles en prácticamente todos los idiomas del mundo.

 

 

 

Diez mil personas en todo el estado de Tamil Nadu en India leerán el texto en la nueva traducción al Tamil, mientras miles de personas lo leerán en Latinoamérica en portugués y español. En Johannesburgo, en The Commune, el Manifiesto será leído en Zulu y Sotho; en Delhi, el primero de mayo, será leído en asamés, bengalí, alemán, hindú, marathi, malayalam, odiya, punjabi, telugu y urdu.

Este es un acto audaz, un paseo por el espacio público para exigir, en estos tiempos cadavéricos, el derecho a escribir la revolución en los cielos.

Cordialmente, Vijay.