Estimados amigos y amigas
Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Una vez más, puntualmente, Israel – con la venganza de Zeus – ha comenzado a bombardear Gaza. Los sonidos y los olores de la guerra nunca faltan en Gaza, que en la última docena de años ha sido víctima del dominio y los bombardeos israelíes. Israel se beneficia del pleno respaldo de los Estados Unidos a esta política de aniquilación. La declaración colonial de Trump, en contra de la Resolución 226B de la ONU (17 de diciembre de 1981), de «entregar» los Altos del Golán a Israel ha insensibilizado a este país sobre cualquier consideración ética. Con el pleno apoyo de los Estados Unidos, Israel tomará Jerusalén y el Golán y tratará de hacer lo que quiera con Palestina.
Es fácil conseguir el número de muertos y heridos, pero no capta lo que significa para los palestinos de Gaza vivir en una jaula. Mahmoud Darwish, el gran poeta palestino, escribió un poema antes de morir, en agosto de 2008, que esclarece la experiencia no sólo de vivir en Gaza, sino de vivir como palestino en un mundo que menosprecia tu existencia.
Cerca de lo que será
escuchamos las palabras del canario
a mí y a ti
«Cantar en una jaula es posible
y también lo es la felicidad»
El canario cuando canta
acerca lo que será
Mañana miraras al hoy-ayer
Dirás «fue hermoso
y no duró mucho tiempo»
y no estarás ni feliz ni triste
Mañana recordaremos que dejamos al canario
en una jaula, solo
no cantando para nosotros
sino para los francotiradores que pasan
Hay una profecía aquí. El periodista palestino Ahmed Abu Artema fue a dar un paseo nocturno en Rafah (Gaza, Palestina), su hogar. Vio aves al vuelo cruzando el perímetro que rodea a Gaza. «Nadie detuvo a los pájaros», pensó. La ocupación israelí, sentía, «corta mis alas» y «perturba mis paseos nocturnos». Pero reflexionó, ¿qué pasaría si un palestino de Gaza decidiera «verse a sí mismo como un pájaro e ir más allá de la valla»? «Si el pájaro fuera palestino, le dispararían». Se fue a casa y escribió una pregunta en Facebook «¿Qué pasaría si miles de personas, la mayoría de ellas refugiadas, intentaran cruzar pacíficamente la valla que las separa de sus tierras ancestrales?». La respuesta, claramente (como subrayo en mi informede marzo), fue que serían fusilados.
Hace un año, el 30 de marzo de 2018, el Día de la Tierra, inspirados por Abu Artema, los palestinos de Gaza comenzaron la Gran Marcha del Retorno. Decenas de miles caminaron hasta la valla que cerca el perímetro de Gaza y fueron derribados por gas lacrimógeno y francotiradores israelís. Con miles de heridos y cientos de muertos, Naciones Unidas publicó uninforme que acusaba al ejército israelí de crímenes de guerra y pidió a su gobierno que investigara estas acusaciones. En vez de ello, el gobierno de Israel no cooperó con la investigación y desestimó el informe de la comisión. El canario sigue en la jaula, cantando a los francotiradores que pasan y ahora a los bombarderos.
Linda Tabar, directora del Center for Development Studies (Universidad de Birzeit, Ramallah, Palestina), nos escribe que el «primer aniversario de las Marchas para Retornar y Romper el Cerco en Gaza nos obliga a hacer una pausa e interrogar los fallos en la concientización que marcan la indiferencia con la cual el mundo ha visto a palestinxs desarmados ser atacadxs por francotiradores y acribillados por desafiar los cercamientos coloniales, por tratar de liberarse de una prisión al aire libre y regresar a sus tierras».
La foto de arriba la tomó nuestro amigo Hafez Omar. Es un artista de Tulkaram (Palestina). El 14 de marzo, El Tribunal Militar de Ofer de Israel ordenó su detención por 12 días. Los tribunales rechazaron su apelación el 20 de marzo. Ya han pasado más de una docena de días. Sigue en la cárcel, sin acceso a su abogado. Por favor contacten a las autoridades israelíes y díganles que liberen a Hafez Omar y que dejen de bombardear Gaza. Díganles, mientras los tengan al teléfono, que pongan fin a la ocupación de Palestina.
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