Estimados amigos y amigas,
Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Una ojeada a la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas de 1948 es instructiva. El Artículo 25 dice que «toda persona» tiene derecho a un «nivel de vida adecuado» que incluye «la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios», así como «derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad». En otras palabras, los seres humanos deben tratar a otros seres humanos humanamente.
Tomemos el ejemplo de la vivienda. En 2005, Naciones Unidas estimó que alrededor del mundo 100 millones de personas no tenían donde vivir. Con el paso de los años la ONU y otras agencias han argumentado que cerca de 2.000 millones de personas carecen de vivienda adecuada. ¿Por qué las personas tienen tan poco acceso a la vivienda? Porque nuestro sistema social decreta que si uno no tiene el dinero para protegerse, entonces debe sufrir a la intemperie. El dinero y la propiedad son las barreras que coartan el derecho a la vivienda, no la falta de espacio o la falta de compasión.
En Solapur (en el estado indio de Maharashtra), la Central de Sindicatos de la India (CITU), una federación sindicatos de izquierda, lideró una iniciativa para crear viviendas para las trabajadoras de la industria de bidis (cigarros delgados que se envuelven en hojas de ébano coromandel). La presión de las trabajadoras a través del sindicato obligó a los gobiernos de diferentes niveles a responder a sus necesidades de vivienda. Las y los trabajadores actuaron juntos para crear cooperativas y construir 15.000 viviendas desde 2001. Se van a construir 30.000 viviendas adicionales en los próximos cuatro años. En junio, este proyecto de vivienda ganó el Premio Ciudades Transformadoras 2018 del Transnational Institute (TNI). Desde el Instituto Tricontinental de Investigación Social llega el Dossier #6, una mirada de cerca a la iniciativa de viviendas de las y los trabajadores en Solapur. Pueden leerlo aquí. Por favor léanlo y circúlenlo.
En el Dossier encontramos un ejemplo de una política humana liderada por los trabajadores. Otro ejemplo puede ser hallado en el estado de Kerala, al sur de Solapur. Kerala, con una población de 35 millones, tiene una larga historia de políticas públicas progresistas y luchas al respecto. Actualmente, el Frente Democrático de Izquierda (Left Democratic Front) que gobierna el estado, se ha basado en la rica historia del cooperativismo y de las iniciativas populares para impulsar una agenda humana y progresista. Un ejemplo es la Cooperativa de Trabajo por Contrato de Uralungal (Uralungal Labour Contract Cooperative Society); establecida hace 90 años, y que continúa prosperando (pueden leer sobre ella en el libro de LeftWord coescrito con el Ministro de Finanzas de Kerala, T. M. Thomas Isaac, reseñado por C. T. Kurien en el número actual de Frontline). El actual gobierno de izquierda de Kerala ha llevado esta dinámica progresista aún más allá. Ha alentado la creación de una cooperativa por y para la comunidad transgénero en el estado. El objetivo de esta cooperativa es tanto proporcionar estabilidad económica a los miembros de la comunidad como hacer frente a la transfobia en la sociedad. En NewsClick, Shilpa Shaji publicó un reportaje muy útil sobre estos avances en la lucha por la equidad de género.
Mientras estamos en Kerala, es importante recordar que las políticas progresistas no son universalmente aclamadas. Desde la oficina de Nueva Delhi del Instituto Tricontinental de Investigación Social, Subin Dennis escribe en NewsClick sobre el asesinato de Abhimanyu, un líder de la Federación de Estudiantes de la India. Los ataques contra los militantes indios de izquierda en el estado de Kerala, pero también en el estado de Tripura y en el de Bengala Occidental han sido inflexibles. Donde la izquierda es fuerte, la violencia ha sido particularmente espantosa. Unos pocos días antes de que Abhimanyu fuera asesinado en Kerala, Tapas Sutradhar, un líder comunista de Tripura, fue asesinado en Panisagar. Tanto Abhimanyu como Tapas Sutradhar querían crear un mundo donde todxs tuvieran derecho a la vida. Por ello, sus vidas les fueron arrebatadas.
Es justo decir que México no ha tenido un presidente socialista desde Lázaro Cárdenas (1934-1940). Cárdenas no se llamaba a sí mismo socialista aunque León Trotsky decía que su gobierno era «sin duda el gobierno más valiente y honesto de estos tiempos». Ahora, con la elección de Andrés Manuel López Obrador, México tiene una vez más un socialista de la tradición de la Revolución Mexicana de 1910 en la oficina presidencial de Los Pinos. Sin lugar a duda, López Obrador (conocido como AMLO), es un hombre de izquierda, una persona enfocada en la necesidad de politizar a la gente y movilizarla para presionar al Estado. Pero ¿cuánto espacio tendrá AMLO para impulsar una agenda socialista? ¿Qué hará en una situación adversa cuando México atraviesa una prolongada crisis fiscal y los financistas internacionales pondrán barricadas en torno al país si su gobierno intenta algo radical? Si se le hubiera permitido ganar en 2006, cuando el fraude le arrebató la victoria, México se habría desplazado hacia la izquierda en el mejor momento del bolivarianismo. Pero no sucedió. Ahora con el bolivarianismo sitiado, López Obrador toma el poder. Mi reportaje sobre las elecciones mexicanas en el contexto de la actual elección.
¿Que significará la victoria dentro de México? Las organizaciones populares están en pleno debate sobre cómo permanecer alertas frente a los ataques a este gobierno, a la par que lo empujan a abrirse a un proyecto progresista. Marcos Tello, en Resumen Latinoamericano, ofrece una mirada sobre la visión desde los movimientos populares. No va a ser una situación fácil. Trump resoplará fuertemente sobre México, al igual que la oligarquía mexicana. El «estado mafioso» permanece intacto. No va a cooperar con ningún proyecto progresista. Las luchas se profundizarán. López Obrador tendrá que gobernar no solo desde el palacio presidencial, sino también desde las calles.
La importancia de enraizarse en los movimientos populares y en las calles es clara en México. Es igualmente clara para la izquierda en Japón. Las conversaciones con comunistas japoneses, cuyo partido dice tener aproximadamente diez por ciento del electorado, dejan claro que no pueden avanzar en una agenda que no esté firmemente enraizada en varias campañas ciudadanas, sea para proteger espacios abiertos, luchar contra la energía nuclear o la indignidad de la falta de vivienda. En Kyoto, la antigua capital del viejo Japón, conocí la historia del movimiento comunista aquí y de la estrecha asociación de los comunistas con las luchas públicas masivas por crear mejores condiciones de vida para el pueblo japonés. Pueden leer mi reportaje aquí. La imagen arriba es de una líder popular comunista Akiko Kurabayashi, enfermera y parlamentaria de larga data.
En Solapur, los trabajadores, organizados por la izquierda, están construyendo sus casas. En Japón la izquierda está ocupada con grupos de ciudadanos que luchan por construir una ciudad mejor. En México, la izquierda estará ocupada asegurándose de que el nuevo gobierno no abandone sus principios.
Mientras tanto, en Yemen, la guerra continua, con ocho millones de personas al borde del hambre. Las armas occidentales continúan fluyendo hacia los saudíes y los emiratíes, cuya guerra parece a la par fútil e interminable. Los migrantes continúan huyendo de las zonas de guerra y de las zonas de pobreza, y el Mar Mediterráneo reclama otras 200 vidas esta semana (más de 1.000 en este año). A la par, un investigador honesto de la ONU escribe un artículo sobre la pobreza en Estados Unidos y es castigado (vean mi reportaje sobre esto en Frontline). La imagen de arriba es de un mural hecho por el muralista yemení Murad Subay. Captura, en esencia, la fuerza que afecta a la dignidad humana y a la libertad: la pobreza, la maldición que produce guerra y sufrimiento. Ninguna respuesta a la pobreza vendrá de Trump, de Modi o de Macri. Tendrá que venir de nosotros. Tendrá que venir de los trabajadores de las plantaciones de té de Bengala Occidental, de sus luchas bajo la lluvia para obtener mejores salarios y condiciones de trabajo, por una vida mejor.
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Cordialmente,
Vijay