Reseña de la Exposición de Afiches Antiimperialistas II: Neoliberalismo
Cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota(extracto del poema Por qué cantamos, de Mario Benedetti)
Cuando el pueblo realmente, urgente, desesperadamente necesita decir algo, no espera a los diseñadores. Se pone manos a la obra, produciendo afiches y folletos lo mejor que puede –a veces con resultados espectaculares. En el proceso, también se forman diseñadores orgánicos a sus movimientos, comunidades y contextos. Los afiches de la Exposición de Afiches Antiimperialistas II: Neoliberalismo recorre toda la gama, desde los creados por diseñadorxs profesionales hasta los de artistas autodidactas, desde aquellos de activistas sin educación formal hasta los de primerizxs.
De forma encantadora, los carteles exhiben una variedad de estilos artísticos y de diseño. Desde el minimalismo de Choo Chon Kai (Parti Sosialis Malaysia, Malasia) hasta las bulliciosas ilustraciones de Miguel Guerra (Utopix, Venezuela), desde el enfoque de comic de Roland Nalukoma Cubaka (Congo Love, República Democrática del Congo) hasta la elegante tipografía de Nancy Naser Al Deen (Líbano), hay algo en cada afiche que evoca la cultura en la que fue creado.
Aunque los carteles han sido un arma en la lucha de lxs oprimidxs en todo el mundo, hay pocos lugares que han desarrollado esta tradición en un gran arte y ciencia como lo ha hecho Cuba. Desde la Revolución de 1959, Cuba ha producido decenas de miles de carteles políticos para uso tanto nacional como en otras tierras, elevando las luchas populares a nivel internacional. Los seis carteles cubanos en esta exposición nos muestran como esta gloriosa tradición ha sido llevada adelante –y continúa siendo transformada– por una nueva generación de artistas gráficos cubanxs.
A pesar de las diferentes cualidades formales, contextos regionales y medios de producción, une a la exposición su contemplación del “neoliberalismo” como una característica definitoria de nuestro tiempo. El neoliberalismo a veces es un concepto difícil de entender, pero esta serie de carteles intenta desglosarlo en unos pocos temas visuales: lo artesanal, el extractivismo, la privatización, la austeridad, la financiarización, y la esperanza y la resistencia
Lo que todos estos carteles tienen en común es la necesidad urgente de traducir este difícil concepto en el contexto de las experiencias y luchas propias del pueblo, arraigadas tanto en sus entornos específicos como en sus interconexiones con el sistema capitalista global. Estos carteles son armas en la lucha.
Lo Artesanal
Las obras artísticas de la Exposición de Afiches Antiimperialistas II: Neoliberalismo nos permite ver diferentes puntos de vista del mismo problema en diferentes idiomas, culturas y regiones. Esto es arte. El arte nos permite compartir con otros lo bueno y lo malo que sucede, reflexionando sobre las experiencias de una cultura, un pueblo y una clase y llevarlas a un nivel personal. Se trata de construir un lenguaje común entre aquellos que se identifican con la obra que se comparte.
La exposición presenta afiches creados de diversas maneras –utilizando el más sofisticado software de diseño, técnicas manuales y métodos híbridos. Esta diversidad destaca la cuestión del acceso a los recursos y al mismo tiempo, las condiciones de producción.
Elegimos resaltar obras hechas a mano porque vivimos en un mundo tan mediado tecnológicamente que muchas veces impide crear y ver el arte creado a mano. Tememos que el producto artesanal no sea perfecto o que no sea lo suficientemente sofisticado técnicamente. Como resultado, perdemos las herramientas manuales, que a menudo son más accesibles en la batalla de ideas y en la lucha de la clase trabajadora. Perdemos oportunidades de ver obras que sean tan buenas y diversas como las que vemos en esta exposición.
Los trabajos hechos a mano no solo amplifican las posibilidades de expresión, sino que ayudan a conectar las ideas transmitidas con nuestra subjetividad. Al preparar un afiche a mano, nos involucramos y activamos el cuerpo de una manera que el trabajo digital no permite. Sentimos los fuertes gestos en la obra pintada a mano de Ciara Taylor (Popular Education Project, Estados Unidos), los movimientos detallados de la migración en la pintura de Labani Jangi (People’s Archive of Rural India, India), las curvas orgánicas del sufrimiento humano en el afiche de Deivisom Shirmer de Lima (Associação de Moradores do Bairro Riveira, Brazil).
Como decisión curatorial, elegimos no juzgar ni analizar los afiches basándonos en las normas estéticas y técnicas burguesas, sino que optamos por juzgarlos por su capacidad de transmitir visiones de una realidad concreta de las luchas mundiales de los pueblos contra el neoliberalismo.
Extractivismo
La explotación capitalista y sus relaciones de producción no hacen más que profundizarse en los territorios periféricos, donde hay una reserva de mano de obra excedente, recursos naturales y bienes sociales. Así es la lógica del capitalismo en su etapa de expansión imperialista.
El capitalismo desde sus inicios se ha basado en la lógica de la auto expansión, es decir que el capital solo sirve para acumular más capital, y para ello ha subsumido todas las relaciones sociales de producción, distribución e intercambio.
Sin embargo, en su fase más reciente, la “acumulación por desposesión”, el capital pone cada vez más en riesgo la supervivencia del planeta y de la humanidad. La reproducción amplificada del capital ha significado la mercantilización de todos los aspectos de la vida y de todos los recursos naturales que permiten el desarrollo de la humanidad, desde el agua y la naturaleza hasta la salud y la educación.
La acumulación por desposesión se consolidó claramente con la ofensiva neoliberal de la década de 1990 y el modelo extractivista de exportación, con las privatizaciones y los desmedidos avances en la comercialización de los bienes públicos y naturales.
El extractivismo no conoce fronteras. En esta exposición, vemos este tema recurrente, desde los recursos minerales de Papúa hasta el Congo, desde los bienes comunes de Cabo Verde hasta Brasil.
Privatización
La privatización no permitirá que el agua y los árboles, o la tierra y los frutos del mundo sirvan a las necesidades de la humanidad. Para obtener beneficios, la clase dominante debe privatizar lo que necesitamos para sobrevivir y hacer que nuestro trabajo se convierta en suyo. Todo lo que tiene un uso común no puede permanecer libremente entre el pueblo ni puede ser utilizado para el bien común.
El neoliberalismo “socializa las pérdidas y privatiza las ganancias”, como visualiza Jeremy Kane (Chicago DSA, Estados Unidos) en su afiche USA. Un pilar de esta dominación es la compulsión de privatizar todo lo que es propiedad social para el bien común. Desde hace siglos, ha habido un lento y doloroso cambio de los bienes y servicios socialmente producidos a bienes y servicios privados. Los programas que sirven al interés público se eliminan gradualmente y el bienestar social ya no es más una responsabilidad de los que son elegidos.
Comer se convierte en un privilegio de una clase, compuesta por buitres con traje, como lo demuestra Jorge González Morales (México) en su afiche Bienes comunes. Los hospitales se transforman, con cada cama y máquina tratadas como bienes inmuebles para maximizar la recaudación de rentas. La educación se convierte en un proceso para crear mano de obra vendible, ya que los grandes centros de aprendizaje imponen deudas pesadas como sacos de arena atados a los tobillos de lxs jóvenes. Las naciones colonizadas se convierten en carne para ser vendida y comercializada en el mercado mundial. Puerto Rico se empaca en espuma de poliestireno en el afiche de Malena Vargas Sáez, Listo para su consumo. Continentes enteros, sus pueblos y hasta el aire que respiran están en venta: Kalia Venereo (Cuba) nos sirve Latinoamérica en una bandeja en su afiche ON SALE [A la venta]. Esto es la privatización.
Como muestra Seraphina Yoku en República de Inversores (Papúa – Indonesia), el cañón de un arma se cierne a la vista si nos atrevemos a resistir. Cuando hacemos preguntas, el dispensario móvil de drogas sale y distribuye una gran píldora para nuestro consumo en Contraindicaciones de Priscila Adamo (Argentina).
¿Qué le queda al pueblo del mundo? Recoger ramas caídas para calentarse con leña se convierte en delito. Se erigen altos muros para mantener la propiedad a salvo de las “codiciosas” manos de las poblaciones hambrientas que tienen la audacia de intentar mantenerse con vida. Hombres con botas nos pisotean la espalda y aplastan el cuello de la gente.
Austeridad
“Ellos cortan, nosotros sangramos”. El atrevido texto en el afiche de Robert Streader (Young Communist League of Britain, Gran Bretaña) resume los fundamentos de la austeridad; es parte constitutiva de la política neoliberal. El recorte del sector público es más que el proceso estéril a través del cual los burócratas suman y restan números y escriben argumentos convincentes en un informe presupuestario. Es un proceso violento. Es el desgarre de los recursos y servicios que el Estado debería proporcionar a su pueblo, dejándolo menos protegido y menos estable, y por lo tanto vulnerable a cualquier crisis.
La economía de la austeridad ha probado una y otra vez que es un fracaso, aún así, las poderosas tijeras de las instituciones financieras internacionales siguen avanzando a gran velocidad. Mientras los Estados aconsejan a sus pueblos usar máscaras, lavarse las manos y permanecer adentro, simultáneamente le dicen a la gente que no habrá mas apoyo social financiado por el Estado, y en vez de ello, se les dice que simplemente tienen que trabajar más duro.
Una de las mayores mentiras de la austeridad es la noción de que la gente está, de alguna forma, exigiendo cosas gratis, pero, como ha visualizado brillantemente el afiche de Kelana Destin, Agua, esos son recursos del pueblo.
Financiarización
La clase dirigente mundial sabe que moralmente está en bancarrota. Trata de compensar su bancarrota política tocando los acordes de la moralidad, la filantropía y los derechos humanos. Las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las instituciones de propiedad de los multimillonarios, que a menudo llevan sus nombres, prestan a la clase dirigente la autoridad moral que no merece. Ellos saben que lo que han acumulado es una clara expresión de su corrupción; les abruma hasta las plantas de los pies.
Mientras los súper ricos mantienen su riqueza en cuentas en el extranjero evadiendo impuestos con facilidad, son los pobres los que soportan las consecuencias. Las clases oprimidas no se benefician de los servicios que se supone que el Estado debe proveerles. En la era neoliberal, el capital se ha desplazado casi por completo al sector financiero especulativo para aumentar su riqueza, colocando así una bomba de tiempo bajo los cimientos de todo el sistema capitalista. En el afiche de Fabiola Sánchez Quiroz (Jóvenes ante la Emergencia Nacional, México), el toro que se sienta en Wall Street parece presagiar hacia donde se dirige su capital especulativo.
Bajo el modelo neoliberal, se logran enormes ganancias y se acumula una enorme riqueza en manos de los especuladores, un proceso desvinculado de la producción. Esto nos ha dejado con un fenómeno llamado “ganancias sin producción”.
Existen ahora profundos desequilibrios estructurales en la economía capitalista mundial. El más prominente –y peligroso– es el desequilibrio entre la inmensa cantidad de capital financiero acumulado y la economía real, el sector que produce bienes y crea riqueza real.
Bajo el neoliberalismo, los mercados financieros comenzaron a crecer independientemente de las necesidades de financiamiento reales. La custodia de la economía mundial ha pasado de las manos de los inversionistas y empresarios de la economía real a los gerentes financieros y expertos en mercado de la economía virtual, muy alejados de los procesos productivos. A la luz de todo esto, el papel del Estado ha sido reducido al ámbito de la política monetaria para combatir la inflación. El Estado ha abandonado la tarea de proteger la economía y más a menudo, a su población.
Esperanza y resistencia
La esperanza surge en los actos de resistencia contra el neoliberalismo. La esperanza surge del pueblo mientras lucha por una nueva sociedad – una que ponga los intereses de la humanidad por encima de las ganancias de las corporaciones. Las obras de arte de la Exposición de Afiches Antiimperialistas II: Neoliberalismo visualiza los impactos del neoliberalismo en nuestra forma de vida y ofrece los destellos de esperanza que surgen de las luchas populares.
La belleza de este conjunto de afiches emana en buena parte de las formas únicas en que estxs artistas utilizan el color y las imágenes para retratar resistencia y esperanza.
Obed Mayambau Ngama (Congo Love, República Democrática del Congo) utiliza colores para representar el oscuro abismo del neoliberalismo, los venenosos efectos de esta ideología y el trabajador que lucha contra el peso de la explotación empresarial. Adeeb Hamdan (Palestinian Democratic Youth Union, Palestina) hace uso de los colores para resaltar y acentuar la resistencia del pueblo palestino al terror y la opresión infligidos por Israel y patrocinados por Estados Unidos. Gerónimo Dellacasa (Argentina) utiliza diferentes tonos de color para representar el choque entre los oprimidos y los opresores neoliberales.
Las detalladas imágenes dibujadas a mano de la obra de Philani Emmanuel Mhlungu (Socialist Revolutionary Worker’s Party / Soweto Action Committee, Sudáfrica) muestran las luchas populares contra el neoliberalismo y por un futuro socialista. Judy Seidman (Sudáfrica) ilustra la mística de la clase trabajadora y representa con colorido a los oprimidos uniendo sus manos en la lucha. Danny Isham (Red Rising Star, Estados Unidos) utiliza una línea de demarcación para mostrar que los trabajadores están en el lado correcto de la historia, en contra de las políticas de libre mercado del neoliberalismo. Haydar Özay (Turquía) crea un retrato feroz de Karl Marx y su texto que continúa iluminando nuestros movimientos y las luchas populares en todo el mundo. El colectivo Un Mundo Feliz (España) presenta el símbolo del euro superpuesto al símbolo femenino, advirtiéndonos que no podemos dejar que el neoliberalismo reduzca el feminismo a una mercancía. Debemos poner en el centro de la lucha a quienes están en el centro de la explotación. El feminismo será anticapitalista o no será.
La importancia de estos afiches es que muestran que el neoliberalismo no terminará sin un esfuerzo concertado y organizado del pueblo. Estos afiches captan poderosamente las luchas de hoy, las luchas para acabar con el neoliberalismo por el bien de la humanidad.
Este texto fue elaborado colectivamente por el equipo de curaduría de la Exposición de Afiches Antiimperialistas:
Luciana Balbuena, Instituto Tricontinental de Investigación Social (Argentina)
Gabriela Barraza, Escuela José Carlos Mariátegui (Argentina)
Ibnou Ali Abdelouahad, Vía Democrática (Marruecos)
Tings Chak, Instituto Tricontinental de Investigación Social (China)
David Chung, The People’s Forum (EE. UU.)
Sudhanva Deshpande, LeftWord Books (India)
Ingrid Neves, Instituto Tricontinental de Investigación Social (Brasil)
Mikaela Nhondo Erskog, Socialist Revolutionary Workers Party (Sudáfrica)
Nora García Nieves, Partido Comunista de España (España)
Zoe PC, Asamblea Internacional de los Pueblos y People’s Dispatch (EE. UU.)
Ambedkar Pindiga, Instituto Tricontinental de Investigación Social (India)