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Boletín de ArteNº 7

Fotografiar la miseria y las manifiestas revueltas del pueblo contra ella

Boletín de Arte Tricontinental (septiembre de 2024)

Nuestro boletín de septiembre muestra la poderosa fotografía de Sunil Janah, que documenta la opresión colonial y las luchas socialistas para inspirar la movilización de masas en la India.

Les invitamos a escuchar la súper popular canción de Garimella Satyanarayana (1893-1952), de la región de Andhra-Telangana (India), Makoddi tella dora tanamu [No queremos el gobierno de este señor blanco], que fue prohibida por el gobierno británico].

Sunil Janah (1918-2010) nació el 17 de abril de 1918 en Assam, India británica, en el seno de una familia bengalí. Creció en Kolkata, entonces Calcuta, en la Bengala indivisa, y en los años 30, en la universidad, se sintió rápidamente atraído por la política estudiantil y a la lucha de liberación anticolonial. Por aquel entonces, su abuela le compró una cámara, una Voigtlander Brilliant f7.7, y su tío, fotógrafo, le prestó su cuarto oscuro para probar su nuevo oficio. Este fue un período de florecimiento cultural en el país, desencadenado por el movimiento internacional contra el fascismo, liderado por la Internacional Comunista (Comintern).

Retrato de Sunil Janah

El VII Congreso de la Comintern hizo un llamamiento a la formación de un Frente Unido Antiimperialista en las colonias y los países dependientes, y comenzaron a formarse organizaciones culturales para apoyar esos esfuerzos. En 1936 se creó en la India la influyente Asociación de Escritores Progresistas (PWA por su sigla en inglés), dirigida por Mulk Raj Anand, Premchand y Rabindranath Tagore, entre otras figuras prominentes, y para 1943, se había formado la Asociación de Teatro Popular de la India (IPTA por su sigla en inglés). Cuando los japoneses comenzaron a bombardear partes del este de la India en 1942, se creó en Bengala la Asociación de Artistas y Escritores Antifascistas, en la que lxs comunistas bengalíes tomaron la iniciativa de revivir el movimiento cultural marxista, cuya historia está documentada en la obra en dos volúmenes Marxist Cultural Movement: Chronicles and Documents (1936–1947) [El movimiento cultural marxista: Crónicas y documentos (1936-1947)], editado por Sudhi Pradhan.

Como se expresa en el manifiesto de la PWA, estas organizaciones defendieron que quienes escribían y quienes producían arte tenían el deber de “expresar los cambios que se están produciendo en la vida de la India y contribuir al espíritu de progreso del país mediante el racionalismo científico”. Definían como “progresista” a “todo aquello que despierta en nosotros un espíritu crítico, que examina las instituciones y costumbres a la luz de la razón, lo que ayuda a actuar, a organizarse, a transformar”. Fue en este período de despertar cultural —cuando Janah todavía era un estudiante universitario— que P.C. Joshi, entonces secretario general del Partido Comunista de la India (CPI por su sigla en inglés), se interesó personalmente por la organización del trabajo cultural, y reclutó a Janah junto con el artista visual Chittaprosad para que se unieran a las filas de lxs trabajadorxs culturales.

Chittaprosad (India), c. 1950.

En 1943, Janah y Chittaprosad fueron enviados a documentar la hambruna de Bengala, que cobró la vida de tres millones de personas en el ocaso del brutal dominio colonial británico. Ram Rahman, fotógrafo indio que ha dedicado las últimas tres décadas a preservar la memoria de la vida y obra de Janah, me contó sobre este intenso período de su carrera en el partido. Para Rahman, lo que hace único a Janah es el hecho de que “no era un fotoperiodista en el sentido tradicional, que va a fotografiar una situación social, un asunto político o una protesta”, pero que en realidad no forma parte de la lucha. Janah era “un integrante del movimiento y su trabajo fotográfico era su trabajo político”.

En aquella época, el CPI tenía una amplia difusión de periódicos publicados en varios idiomas, y fue en el People’s War [Guerra del Pueblo] en inglés donde las fotografías de Janah encontraron por primera vez su público, impresas de forma innovadora para atraer a las masas campesinas, en gran medida analfabetas. De acuerdo con Ramah, “a veces había una página entera que tenía solo fotografías y una pequeña cantidad de texto”. Fue la primera vez en India que las fotografías no se imprimían como pequeñas imágenes con propósito informativo, sino que fueron pensadas para impactar a todas las personas, sin importar su nivel de alfabetización. “Así, el uso de la fotografía en las publicaciones del Partido Comunista fue bastante revolucionario”, añadió.

Créditos: Sunil Janah, final de la década de 1940.

Estas imágenes fueron una poderosa herramienta de movilización, atestiguando la existencia de una hambruna brutal que los británicos intentaban negar activamente. Como Mao Zedong dijo en sus Intervenciones sobre arte y literatura en el Foro de Yan’an, una de las tareas de lxs trabajadorxs de la cultura era “exponer la oscuridad” y las crueldades del enemigo del pueblo, y al mismo tiempo “alabar lo brillante”, la noble lucha del pueblo y su inevitable victoria. Las imágenes, como las canciones y el teatro, pueden hablar directamente a los corazones y las mentes de personas que quizá no sepan leer. Pueden despertar el espíritu de lucha para actuar, organizarse y transformar la sociedad hacia el socialismo.

Sunil Janah (India), final de la década de 1940.

En la nota introductoria de Janah para Second Creature [Segunda criatura], una colección de sus fotografías de la década de 1940, producto de “cuatro años de continuo deambular por la India”, escribe sobre el tema de su trabajo: “Aunque, en términos generales, mi tema era el pueblo indio, había enfatizado en sus penosas condiciones de vida, su pobreza y miseria, y su rebelión reiteradamente manifiesta contra ellas”. Pero incluso en sus misiones para documentar hambrunas, epidemias y las condiciones en los barrios marginales, el “coleccionaba muchas fotos de mujeres sonrientes y guapas”. Para él, sus sonrisas representaban “la juventud, encanto y vitalidad que aún no han desaparecido del todo en el pueblo, y que aparecen tan irreprimiblemente como el hambre que había ido a retratar”. Sus andanzas en este período no estuvieron motivadas por una agenda individual, sino que formaban parte de una causa política. Como explicó Janah, “yo era un trabajador comprometido con mi partido y con mi ideología política. Era un comunista entregado.”.

Sunil Janah (India), final de la década de 1940.

Actualmente, no es difícil encontrar en línea las imágenes de Janah sobre la Hambruna de Bengala, así como sus fotografías de los adivasi [indígenas], de líderes nacionales como Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru, y de proyectos industriales, como los “templos de la Nueva India”, tras la independencia. Tal vez menos conocidas son sus fotografías de la lucha armada de Telangana (1946-1951), que se han incluido en este boletín de arte, así como en nuestro último dossier, La lucha del pueblo telugu por la tierra y los sueños. Esta publicación se sumerge en la tradición de canciones de lucha y las contribuciones de los cantantes y artistas populares que crearon canciones y obras de teatro para inspirar a “millones de personas pobres y oprimidas a imaginar un mundo en el que no estarían más encadenadas, mientras construían su confianza para luchar por él”.

Cómo fomentar la confianza del pueblo y a través de qué contenidos y qué formas artísticas y culturales, sigue siendo una cuestión relevante y urgente. Si la serie de Janah sobre Bengala era acerca de “exponer la oscuridad” de la brutalidad colonial, entonces sus fotografías de Telangana “alababan la luz” de la lucha comunista: campesinas llenas de confianza entrenando para usar armas, niñeces marchando con banderas rojas, médicos dando atención de salud, educadores enseñando bajo un árbol, mujeres y hombres marchando camuflados, listos para tomar el futuro con sus propias manos. Este dossier, junto con las imágenes de archivo y las canciones que se mencionan en sus páginas, son una poderosa afirmación del poder transformador de la cultura y de la necesidad de que lxs trabajadorxs de la cultura despierten, alimenten y sostengan la lucha por el socialismo.

Sunil Janah (India), final de la década de 1940.

A pesar de su amplio y extenso repertorio, para la década de 1970 el trabajo de Janah había desaparecido del ojo público. Ram Rahman, que entonces estudiaba en el Massachusetts Institute of Technology, tenía un creciente interés por la fotografía. Conocía la obra de Janah solamente porque había crecido mirando sus fotos en su casa, ya que su abuela, que era bailarina clásica, había buscado a Janah para que la fotografiara a finales de la década de 1940, cuando él abrió su propio estudio comercial. “En los años 70, comencé a darme cuenta que el cuerpo de su obra era extremadamente importante”, recuerda Rahman, “y ya no era accesible al público porque los periódicos se habían podrido y desaparecido”. Describió como “serendipia” cuando Rahman y Janah descubrieron que ambos vivían en Estados Unidos. Janah había traído consigo sus impresiones originales cuando se trasladó allí en los años 80 y aceptó la propuesta de Rahman de organizar una exposición juntos. Montaron la muestra con muy poco dinero: tableros de espuma, cinta adhesiva de doble cara, sin marcos ni cristal, en el loft neoyorquino de un amigo. La exposición obtuvo críticas muy favorables, pero lo más importante fue la reacción del propio Janah. “Dios mío, nunca había visto todo mi trabajo junto de esta manera”, le dijo a Rahman, “Este es mi trabajo y esta es mi vida”.

Sunil Janah (India), final de la década de 1940.

El mismo año de la exposición retrospectiva, Janah dio una entrevista, echando la vista atrás a más de cinco décadas de su obra fotográfica: “Incluso hoy mis creencias y convicciones están en el socialismo. El capitalismo es un sistema incivilizado e inhumano cuya base es la codicia”. Rahman afirmó la convicción política de Janah durante toda su vida, inclusive en las décadas posteriores a su trabajo directo en el movimiento comunista: “Su tipo de empatía con la clase trabajadora, así como sus conexiones con la comunidad creativa en India, que surgió del Partido Comunista, continuaron a lo largo de su vida”.

Otras noticias….

Conferencia Art and Culture Canvas [Lienzo de Arte y Cultura], Universidad de Andhra, India.

El mes pasado, tuve el placer de dar un discurso en la conferencia inaugural del club de estudiantes Art and Culture Canvas [Lienzo de Arte y Cultura] en la Universidad de Andhra en India. A principios de este año organizaron una exposición de arte en solidaridad con Palestina con el colectivo Young Socialist Artists antes de formalizar su organización.

En el espíritu de solidaridad internacional, recomiendo mucho que vean esta entrevista sobre Resistencia cultural al imperialismo, con el músico sudafricano Zolani Mkiva, cuya música se inspira en las revoluciones cubana y bolivariana. También, aquí hay un video del mural de 30 metros pintado en São Paulo en solidaridad con el pueblo palestino, como parte del Día Nacional de Muralismo, organizado por el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) en Brasil.

César Mosquera (Venezuela/Utopix), 2024.

Finalmente, el cartel del mes del Día de los Libros Rojos es obra de César Mosquera, un ilustrador y desarrollador web venezolano de la comunidad Utopix. Su obra rinde homenaje al Antimanual para el uso de marxistas, marxólogos y marxianos de Ludovico Silva (1937–1998). En su introducción, escrita en Caracas en 1974, Silva defiende una lectura no dogmática del marxismo, afirmando que en el contexto latinoamericano hay esos que pueden “con un conocimiento de Marx sur le vif [in situ], tomar las categorías clásicas y ponerlas a vibrar al ritmo de los terremotos de la cordillera andina”.

En todo el Tercer Mundo, desde Telangana hasta los Andes, generaciones de comunistas hicieron precisamente eso, aplicar y adaptar el marxismo a las historias y realidades locales. Para que, escribe Silva, “podamos, así, superar a Marx realizándolo…  inventando los conceptos y categorías que él habría inventado si viviese en nuestro siglo.”.

Cordialmente,

Tings Chak
Directora de Arte del Instituto Tricontinental de Investigación Social