La tragedia de Brumadinho obligó al gobierno a actuar, pero como hacen todos los gobiernos de este tipo, arrestaron a los gerentes del nivel inferior. El brazo largo de la ley se acorta cuando se trata de delitos corporativos. Vale (con un valor en el mercado bursátil de 77.400 millones de dólares) permanecerá intacta. Pagarán unas pocas multas, pero seguramente las compañías de seguros darán cuenta de ello. Aún no hay confirmación sobre si el lodo con mineral de hierro es tóxico.
Hace tres años, otra presa estalló en otra mina administrada conjuntamente por Vale y la gigante australiana de minería BHP Billiton en la ciudad de Mariana (Brasil). Entonces, las compañías dijeron que el lodo no era tóxico y comenzó el mismo baile sobre la compensación y las nuevas regulaciones. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos emitió una importante –y muy descuidada–declaración sobre el desastre de Mariana. El Relator Especial de la ONU sobre derechos humanos y medio ambiente, John Knox y el Relator Especial sobre derechos humanos y gestión y eliminación ecológicamente racionales de sustancias y desechos peligrosos, Baskut Tuncak escribieron: «las medidas adoptadas por el gobierno brasileño, Vale y BHP Billiton para prevenir daños fueron claramente insuficientes. El gobierno y las compañías deberían hacer todo lo que está a su alcance para evitar más daños, incluida la exposición [de los mineros y las personas residentes en la zona] a metales pesados y otros productos químicos tóxicos». La rotura de la presa en 2015 liberó 50 millones de toneladas de relaves de mineral de hierro, lo suficiente como para llenar 20.000 piscinas olímpicas. Nada se hizo en ese momento y no se hará nada ahora.
Hay demasiado dinero por ganar en las industrias extractivas, se pagan regalías miserables para destruir el paisaje y se obtienen fabulosos beneficios extrayendo las riquezas de la tierra. Las empresas que dominan este sector –desde Glencore hasta Barrick– tienen su sede en Australia, Canadá, China, Gran Bretaña, Argentina y Brasil. La más grande, Glencore, tiene su sede en Suiza. Sus ingresos anuales ascienden a cientos de miles de millones, sus ejecutivos viven vidas lujosas, sus jefes de gobierno los protegen de la vergüenza de su profesión.
|