|
Bolsonaro por Orijit Sen, 2019. Bolsonaro dice: Quemaremos la selva ahí mismo (un eco de un eslogan de derecha de India, “Construiremos el templo ahí mismo, encima de una mezquita”.
|
|
A Bolsonaro, quien actualmente está enojado con Macron por sus críticas sobre los incendios en el Amazonas, le hubiera encantado estar ahí. Los agricultores en Francia, Finlandia y Alemania están ansiosos por cortar la exportación de carne brasilera a Europa, como parte de una campaña para cancelar el tratado recientemente firmado entre la Unión Europea y el Mercosur (el bloque comercial de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela). Brasil está ansioso por ser parte de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el grupo de elite de 36 estados que dicen ser los países más desarrollados, y que por lo tanto son capaces de atraer inversiones. Es probable que la OCDE ya no tome seriamente la postulación de Brasil, ya que ahora hay dudas respecto al compromiso de Brasil con los estándares medioambientales de la OCDE. Bolsonaro está obligado a retroceder para mantener vivos los tratados comerciales y la esperanza de la OCDE.
Macron no ha invitado a Bolsonaro, pero sí invitó a Narendra Modi, de la India. Unos días antes del G7,los dos hombres se encontraron y conversaron sobre los corruptos negocios de armas que unen a India y Francia: treinta y seis jets Rafale llegarán pronto a India a un costo de 7.000 millones. El recientemente publicado Índice Global del Hambre tiene a India en el lugar 103 de 116 países (Brasil, gracias al programa Fome Zero [Hambre Cero] del ex presidente Lula, está en el 31). La medida de la modernidad ya no es el fin del hambre, sino una mejor fuerza aérea.
Macron planteó el tema de Cachemira, donde siete millones de cachemires están aprisionados. La semana pasada, doce políticos indios de oposición volaron a la capital de Cachemira, Srinagar. El gobernador les pidió que fueran a observar la situación, que el gobierno dice que es normal. Los líderes políticos fueron detenidos en el aeropuerto y enviados de regreso a Delhi. Esta es la segunda vez que se les ha negado la entrada a Cachemira a los líderes de los partidos comunistas, Sitaram Yechury y D. Raja (para más información sobre Cachemira, vea nuestra Alerta Roja Nº 1). Modi no dijo nada. Cachemira sigue asfixiada. |
|
Un poeta griego —Jazra Khaleed— canta sobre la necesidad de un nuevo lenguaje en estos tiempos espantosos, estos días de austeridad y desconcierto. “Se necesita un nuevo lenguaje, no proxenetismo”, dice en la traducción de Peter Constantine.
Estoy esperando que una revolución me invente.
Hambriento por el lenguaje de la guerra de clases
Un lenguaje que ha saboreado la insurgencia.
Es imposible mantenerse dentro de los límites impuestos por los poderosos, aceptar la palabrería sobre bombas nucleares lanzadas a huracanes y la realidad de siete millones de cachemires silenciadxs. La complicidad es inaceptable, impensable. |
|
|
Luis Ferreira da Costa y otros, en una vigilia por su campamento, ahora un monumento a su tenacidad
|
|
Hace algunas semanas, pasé un día en el Campamento Marielle Vive a las afueras de Valinhos (Brasil). El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) organizó a mil familias para vivir en esta tierra llamada así por la política socialista asesinada. Estos hombres y mujeres trabajan duro para mantener el mundo que beneficia a tan pequeña población. Aún así, ni siquiera pueden encontrar un lugar donde vivir. Su problema es la falta de tierra y de dignidad, para lo que no parece haber solución. Así que se han transformado en su propia solución. En el campamento conocí a dos chicas jóvenes, Ketley Júlia y Fernanda Fernandes. Estaban tan felices de contarme que cada domingo se reunían en la escuela del campamento y estudiaban inglés. “Cuando escribas el artículo sobre nuestro campamento”, dijeron, “nosotras lo traduciremos al portugués”. Mi artículo sobre el campamento puede leerse aquí.
Ketley y Fernanda saben que este campamento es su hogar. Un juez local ha emitido una orden de desalojo. Este es el mundo en que vivimos, un mundo donde las personas comunes se establecen en tierras que son propiedad de un especulador inmobiliario, construyen una comunidad en esa tierra, planean hacer agricultura ecológica, y aun así esta comunidad debe ser destruida. Su dignidad no es relevante. En sus huesos, Ketley y Fernanda saben lo que debe significar ser palestinx o cachemir, o ser cualquiera de esas personas que son expulsadas de sus tierras para que los especuladores puedan construir estacionamientos o un centro comercial. Pueden escuchar en sus oídos el lenguaje que ha saboreado la insurgencia. Pueden oír el lenguaje de la guerra de clases que habla la elite: los tonos silenciosos del veredicto del juez, el rugido de la excavadora, el sonido desgarrador de la bomba guiada por laser. ¿Cómo sonará su lenguaje de la guerra de clases?
Cordialmente, Vijay. |
|
|