Entre la esperanza y los desafíos: perspectivas para el tercer gobierno de Lula
Esperanzar ante los desafíos
«El verbo Esperanzar es levantarse, esperanzar es ir detrás, esperanzar es construir, esperanzar es no rendirse. Esperanzar es seguir adelante, esperanzar es unirse a otros para hacerlo de forma diferente»
Paulo Freire
Condiciones externas
La crisis civilizatoria que atraviesa el mundo ha adquirido nuevas proporciones con la pandemia de la COVID-19 y la guerra en Ucrania. En los informes del Observatorio de América Latina y el Caribe (OBSAL) hemos destacado que la manifestación de esta crisis es el resultado del desarrollo capitalista, más específicamente en su fase que tiene al capital financiero como hegemónico para su acumulación, lo que se expresa socialmente con las políticas neoliberales.
El aumento de las desigualdades sociales, las catástrofes medioambientales y las crisis climáticas, así como el auge del neofascismo y de líderes políticos de extrema derecha son algunas de las expresiones de la crisis civilizatoria. La crisis de la COVID-19 llevó a millones de personas al hambre y a la pobreza extrema, y rompió las cadenas de producción interrumpiendo la producción mundial. La guerra en Ucrania potenció los problemas de la pandemia, especialmente los relacionados con el acceso a los alimentos, las materias primas, la energía y los insumos esenciales para la reproducción material de la vida en todo el mundo. Uno de los principales efectos económicos fue la inflación.
Muchos de los países del Norte Global, para combatir la subida de precios, han aumentado sus tasas de interés. Esta forma de actuar pretende, sobre todo, frenar la inflación por el lado de la demanda, pero tiene sus consecuencias. Es bien sabido que las subidas de las tasas de interés pueden tener un efecto regresivo en las economías, entre otras cosas porque encarecen el crédito y la inversión productiva e inhiben el consumo, especialmente el que se realiza en cuotas, haciendo más atractivas las inversiones financieras. Estados Unidos vivió una recesión en el primer semestre de 2022, ya que su PIB cayó en los dos primeros trimestres del año. Este resultado puede explicarse, en parte, por las sucesivas subidas de las tasas de interés estadounidenses desde 2021. En julio de 2022, el Banco Central Europeo subió sus tasas de interés por primera vez en 11 años. En septiembre se produjo otro aumento, de 0,75 puntos porcentuales, el más alto desde 1999.
China, por su parte, yendo a contracorriente del mundo, eliminó la pobreza extrema en el país para 2021. Además, en el ámbito de la política económica, difiere de lo que se ha puesto en práctica en muchos países del Norte Global, que es el aumento de las tasas de interés. El gobierno chino mantiene su política de estímulo monetario y crediticio para inducir su economía. Por otro lado, un factor de incertidumbre para los resultados económicos globales, por parte de China, es la política de COVID Cero, que reduce las actividades económicas en las grandes ciudades en tiempos de brote de enfermedades. Cabe destacar que la medida es loable desde el punto de vista humanitario, priorizando la defensa de la vida y demostrando que todas las vidas importan.
Lo relevante a destacar de esta coyuntura internacional es que los efectos de las políticas monetarias del segundo semestre de 2022 se harán sentir a lo largo de 2023 y la posibilidad de nuevas oleadas de COVID traen un escenario de incertidumbre. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su informe de octubre de 2022, prevé una desaceleración económica para 2023, con posibilidades de recesión para economías importantes como Alemania e Italia. Para la economía estadounidense, la proyección es de un crecimiento de solo el 1 %, inferior al previsto para 2022 (1,6%).
Así, el año 2023 no será un año fácil en el contexto económico mundial. Las medidas que adopte cada país cobrarán mayor relevancia ante un escenario de relativo estancamiento económico. El escenario externo es uno de los desafíos que enfrentará el tercer gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Las condiciones internas
En los últimos cuatro años, Brasil ha estado bajo la presidencia de Jair Bolsonaro. En el contexto de la región de América Latina y el Caribe, ha sido la figura más representativa del fenómeno global del ascenso de líderes protofascistas que han dirigido desde los gobiernos de extrema derecha.
En los informes de coyuntura realizados por OBSAL, desde 2021, el gobierno de Bolsonaro fue caracterizado como un gobierno que puso en práctica un proyecto de destrucción. Esta forma de gobernar fue muy evidente en el tratamiento de la pandemia de la COVID-19, pero el objetivo de este proyecto fue amplio, involucrando a las instituciones democráticas, los derechos de los trabajadores, las empresas estatales, los pueblos originarios, la naturaleza, entre otros.
Los ataques de Bolsonaro a la democracia se intensificaron en el periodo electoral. Además del discurso que cuestionaba las urnas electrónicas y ponía en tela de juicio el proceso electoral brasileño, el gobierno abusó del uso de los recursos públicos para intentar ganar las elecciones. Además, a lo largo de la campaña de la segunda vuelta, se intensificó el uso de noticias falsas por parte de Jair Bolsonaro, en discursos y debates públicos, pero también por parte de sus partidarios.
El contexto interno también impone una serie de retos para reconstruir lo destruido en los últimos cuatro años. El nuevo gobierno tendrá que enfrentarse a una composición del Congreso Nacional que, en su mayoría, era aliada de Bolsonaro. En la Cámara de Diputados, el número de congresistas aliados del actual presidente sigue siendo mayoritario, mientras que en el Senado hubo un aumento de estos congresistas, consolidando la mayoría presente en la pasada Legislatura. En la gestión de las políticas públicas, el desafío está en la asignación de fondos para el presupuesto de 2023 realizada en 2022 por el gobierno de Bolsonaro, que dejó de asignar recursos a las políticas de transferencia de ingresos y los disminuyó para las áreas de salud, educación y vivienda.
La esperanza, sin miedo de ser feliz
El país, tras los cuatro años de gobierno de Bolsonaro, la pandemia de COVID-19 y la guerra de Ucrania, salió bastante magullado, pero no totalmente destruido. Se celebraron las elecciones presidenciales de 2022, y Lula, del Partido de los Trabajadores, resultó ganador, volviendo al poder después de 12 años.
A pesar de ser la elección más disputada de la historia política brasileña, en la que Lula obtuvo el 50,90% de los votos válidos, frente al 49,10% de Bolsonaro, el petista batió el récord de votos recibidos por un candidato en Brasil, superando los 60 millones. Esta victoria se vuelve aún más expresiva ya que Lula tuvo que enfrentarse, además de a Bolsonaro, a toda la maquinaria pública utilizada para reelegir al mandatario en funciones.
La derrota de Bolsonaro fue una victoria de los sectores democráticos contra la extrema derecha y sus representantes neofascistas. El proyecto defendido por Lula en su campaña es un proyecto de reconstrucción, que pretende recuperar la economía, superar males sociales como el hambre y la pobreza extrema, retomar el protagonismo del país en las relaciones exteriores dentro de la región latinoamericana y caribeña y a nivel mundial, retomar la política medioambiental y la defensa del medio ambiente y ser una figura inspiradora para las luchas sociales en Brasil y América Latina.
Cuando Lula inicie su mandato, será el segundo presidente, después de Getúlio Vargas (GV), que más tiempo estuvo en el cargo durante la era republicana. GV, contando su primer y segundo mandatos (1930-45 y 1951-54, respectivamente), pasó un total de más de 18 años en el cargo. Lula, por su parte, entrará en su noveno año como presidente de la República.
Es indiscutiblemente una figura que cuenta con el respaldo de la comunidad internacional, de los sectores internos de la política brasileña y, sobre todo, del pueblo brasileño, que lo eligió en una votación histórica. Este pueblo dio una lección de dignidad y de formación de la conciencia, sobre todo en aquellas mentes codiciosas, que por alienación, piensan en la ganancia fácil y a corto plazo. La mayoría de los pobres de este país eligieron a Lula, incluso ante la flagrante incitación por parte del gobierno, que ofreció beneficios sociales en el año electoral sin aclarar que estos mismos beneficios se concretarían a fin de año.
El mundo de las finanzas y el neoliberalismo han moldeado nuestras subjetividades, pero las elecciones en Brasil demostraron que hay razones para la esperanza y el voto del pueblo fue la principal razón. Las condiciones materiales de hoy no son las mismas que las de 2002, el año de la primera elección de Lula, pero la sensación de alivio es quizás aún mayor. La sensación de agrado es posterior a la de desagrado y durante el gobierno de Bolsonaro, las incomodidades fueron muchas. Es momento para la esperanza, pero para la esperanza en las condiciones dadas. Y recordando a Marx, porque siempre ha sido así, «los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen como quieren, la hacen bajo unas condiciones materiales dadas».
El presente Cuaderno ha tenido como principal objetivo la fuerza de la esperanza, reconociendo nuestras victorias, nuestro potencial y señalando las ventanas de oportunidades para avanzar, pero sin crear falsas ilusiones en nuestro pueblo, ni ocultar los desafíos y dificultades a los que nos enfrentaremos.
Nuestro estudio fue el resultado de un esfuerzo de reflexión de cinco mujeres que aceptaron colaborar con el OBSAL en esta tarea, para pensar en las perspectivas para Brasil bajo el tercer mandato de Lula y señalar los efectos para América Latina y el Caribe. El Cuaderno incluye, además de esta introducción, cinco textos, una entrevista y las consideraciones finales.
El primer texto, «Recuperar y construir el futuro», es de Rosa Maria Marques, que se centra en la economía brasileña, haciendo un rápido balance de los retrocesos en el área en los últimos años y destacando las posibilidades de progreso en el futuro gobierno. El segundo es de Tatiana Berringer, «La política exterior brasileña en 2023: desafíos ante un mundo cambiante», que inicialmente hizo una contextualización de la política exterior mundial y regional, profundizando el análisis de la política exterior brasileña bajo el gobierno de Bolsonaro y concluyendo con las perspectivas para el área, a partir de las directrices del programa de gobierno del PT. Posteriormente, en el tercer texto, «Balance, proyección y desafíos de la Reforma Agraria Popular en Brasil hoy», Ceres Hadich, además de analizar la política agraria desde el golpe de 2016, inicia el texto contextualizando el desarrollo histórico del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) y lo finaliza destacando los desafíos del Movimiento y la política de distribución de tierras para los próximos años. En «El futuro del bolsonarismo ante la derrota de Bolsonaro», entrevistamos a Camila Rocha. En la entrevista se trataron temas más generales como el fenómeno del ascenso de la extrema derecha a nivel mundial, y también temas más específicos como la caracterización del bolsonarismo. También se hicieron algunos apuntes sobre el futuro de la extrema derecha en Brasil y América Latina y el Caribe con la derrota de Bolsonaro y la victoria de Lula. Finalmente, el quinto texto, «El necesario Poder Popular – desafíos y potencialidades», de Kelli Mafort, analiza el poder popular como estrategia de cambio frente a los desafíos impuestos por el desarrollo del capitalismo en la época contemporánea y por la propia situación brasileña.
Esperamos que estas voces aporten a la reflexión y puedan servir para enriquecer los debates que nos damos en los movimientos populares de Nuestra América. Que la esperanza nos sirva como impulso para (re)construir las luchas necesarias para la liberación de nuestros pueblos.
índice
Recuperar y construir el futuro por Rosa Maria Marques
La política exterior brasileña en 2023: desafíos ante un mundo en transformación por Tatiana Berringer
Revisión, proyección y desafíos de la Reforma Agraria Popular en Brasil hoy por Ceres Hadich
El futuro del Bolsonarismo tras la derrota de Bolsonaro. Entrevista con Camila Rocha por Marcelo Alvares de Lima Depieri
El necesario Poder Popular – retos y potencialidades por Kelli Mafort
Consideraciones finales por el Observatorio de América Latina y el Caribe